La mayoría de bebés no suele tomar leche de vaca, ni huevo, ni frutos secos o gluten antes de los cuatro o seis meses de edad. El motivo: se ha defendido que la introducción paulatina y tardía de alimentos sólidos potencialmente alergénicos protege a los pequeños del desarrollo de ciertas enfermedades (asma, dermatitis atópica, alergia a ciertos productos alimentarios o rinitis).
Sin embargo, los datos de un estudio con cerca de 7.000 niños ponen en entredicho esta recomendación. Ilse Tromp, de la Universidad de Erasmus (Rotterdam, Holanda) y autora de la nueva investigación, reconoce en su artículo que el suyo es uno de los «pocos trabajos que ha analizado si la introducción tardía de los alimentos reduce o no el riesgo de alergias o asma«. Leer más

Sitio oficial | EL MUNDO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio