Según un estudio de realizado por Claes Eveline y su equipo del Hospital Jessa Ziekenhuis (Hasselt, Bélgica) los niveles de ruido en una UCI neonatal, es más elevado que lo recomendado por la OMS, resultando una molestia y un freno para la recuperación de los pacientes, y de todos los usuarios.

Los neonatos internados en la unidad neonatal se exponen al ruido por largos periodos, con niveles que pueden alcanzar hasta 120 decibeles (dB), lo que sobrepasa considerablemente los estándares referidos por la Academia Americana de Pediatría (AAP) de 60 dB en el día y 35 dB en la noche.

Los niveles de ruido en una UCI neonatal es más elevado que lo recomendado por la OMS resultando una molestia y un freno para la recuperación de los pacientes, y de todos los usuarios.

Para la arquitecta Marta Parra, del estudio Parra-Muller, especialista en Diseño de Maternidades, «las Ucis Neonatales albergan a los pacientes más frágiles del hospital, con unas necesidades muy específicas y distintas del resto. Muchos de los pequeños pacientes han nacido con prematuridad, y precisan las condiciones sensoriales más parecidas posibles al útero materno: luz tenue, posturas tipo fetal, el ritmo cardíaco de su madre, etc. Todo esto está recogido desde hace décadas en los cuidados madre canguro, consistentes en proporcionar un hábitat externo similar al intraútero, y qué mejor que el pecho de la madre para recuperarse» afirma la arquitecta, premio a la Mejor Arquitecta del año 2018, según el Consejo de Colegios de Arquitectos de España, (CSCAE).

Este nivel de ruido se puede ver incrementado por una disposición del puesto de control de enfermería y sus espacios auxiliares, si no se ha tenido en cuenta el foco de ruido que supone la zona de descanso de los profesionales, o el punto de trabajo y comunicación.

 

«Es responsabilidad de la gestión hospitalaria y del equipo de salud adoptar las recomendaciones para reducir el ruido en la unidad neonatal, con base en los fundamentos y normas de seguridad ambiental en beneficio de la salud neonatal y la calidad de vida del niño», afirma Claes Eveline.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda niveles medios de sonido para las salas de hospital por debajo de 35 decibelios (dBA) con un máximo de 40 dBA durante la noche. Sin embargo, los niveles de sonido detectados en las unidades de cuidados intensivos son significativamente más altos con niveles de sonido promedio siempre superiores a 45 dBA y el 50 por ciento del tiempo superior a 52 dBA.

Metodología del estudio

Tras las quejas sobre los niveles de ruido, la Dra. Eveline Claes, delHospital Jessa Ziekenhuis, Hasselt, Bélgica, y sus colegas, midieron los niveles de sonido en una sala de 12 camas de la UCI. Los sonidos se midieron al lado de la cama durante 24 horas en una habitación con dos camas, así como en el puesto de enfermería. El resultado de la medición en las habitaciones con dos cunas alcanzaban los picos máximos de sonidos de 101.1 dBA, y en la estación de enfermería de 90.6 dBA. os niveles sonoros junto a la cuna son mayores que los registrados en el punto de control de enfermería.

No es fácil crear una UCI sin ruido. Necesitamos las alarmas para advertirnos sobre emergencias. Varios programas de educación del personal, programación de tareas, reposicionamiento de equipos y revisión de umbrales de alarma no han reducido los niveles de sonido a los recomendados por la OMS

Las medidas para el control del ruido son multidireccionales, incluyendo desde aspectos físicos, tratamiento de falsos techos en las zonas más sensibles, sustitución de alarmas acústicas en cada puesto por alarmas luminosas en control de enfermería, reducción del volumen de voz de los profesionales y familiares, alejamiento del punto de descanso de los profesionales, etc, comenta las arquitectas , Parra-Muller, epecialistas en arquitectura humanizada de maternidades.

La Dra. Claes comenta que la actividad de alarma probablemente representaba los picos que medían, con el ruido del equipo, el ruido del hospital y el movimiento del personal, todos contribuyendo a los niveles de ruido.

«No es fácil crear una UCI sin ruido. Necesitamos las alarmas para advertirnos sobre emergencias. Varios programas de educación del personal, programación de tareas, reposicionamiento de equipos y revisión de umbrales de alarma no han reducido los niveles de sonido a los recomendados por la OMS«La solución práctica en este momento parece ser tapones para los oídos u otros dispositivos de defensa del oído para los pacientes, aunque puede haber oportunidades en el futuro para modular las alertas mediante el uso de sistemas de alarma inteligentes y desarrollar equipos que produzcan menos ruido».

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