Uno de cada cuatro niños en España es atendido por un médico de familia y no por un pediatra

 

Las condiciones en los centros de salud espantan a los especialistas: eternas jornadas en turno de tarde, una media de 50 pacientes al día y sin incentivos

 

Consultas cargadas de virus infantiles y estrés. Toneladas de estrés encerradas en salas que no dan abasto. Jornadas de siete horas que muchos días deben cundir como lo harían 14 horas para atender a los pequeños pacientes de dos y a veces tres consultas. «Trabajamos a destajo, no cobramos por asumir el trabajo de los compañeros cuando faltan y nuestros sueldos son muy inferiores a los de otros países de Europa«, cuenta a este periódico R.J., una médico de atención primaria que lleva cinco años cubriendo el servicio de pediatría en un centro de salud madrileño.

 

Al igual que ella, otros galenos sin la especialidad se encargan de responder a las necesidades de la población con edades comprendidas entre los 0 y 14 años. Concretamente, suponen el 25,1% de las plazas de pediatría en atención primaria, según indica una encuesta realizada por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). En algunas ciudades, el porcentaje asciende al 48,97%, como en Islas Baleares. En cuanto a ciudades, Huelva (58%), Almería (56%) y Ciudad Real (50%) son las que peor puntuación muestran.

 

«El problema es que no hay pediatras que quieran venir a los centros de salud«, explica Concha Herranz, presidenta de la Asociación de Médicos que ejercen en Atención Primaria Pediátrica (AMAPED). «Prefieren los hospitales porque las condiciones laborales aquí son peores. Cobramos menos, no tenemos guardias con las que completar nuestros sueldos, no tenemos oportunidades de investigación ni docencia y asumimos sobrecarga de trabajo sin coste para la Administración». A esto, se suman los turnos de tarde (de 14h a 21h), que son los que «nadie quiere por las dificultades que implica para la conciliación familiar». Y por si fuera poco, tener que cubrir zonas rurales, lugares remotos o alejados de grandes núcleos poblacionales reduce aún más el escaso atractivo que pudiera quedar inherente a estas plazas.

 

Gracias a todos y cada uno de estos puntos negros, sólo el 29% de los residentes (MIR) de Pediatría elige como destino profesional los centros de salud, tal y como señala otra encuesta realizada por la AEPap. En algunas zonas, incluso las plazas hospitalarias quedan desiertas de pediatras, tal y como relata el jefe de servicio del Hospital Can Misses, Bartolomé Bonet. «Ante patologías muy específicas, muchos hospitales comarcales se ven obligados a derivar a los afectados a centros de referencia, que pueden estar a horas de distancia en coche, o tener que ir en barco o en avión».

 

 

Fuente: El Mundo.

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