El Dr. Pérez Bonilla, Oriol González, el Dr. Manuel Baca y Eliana Fredes debatieron sobre la situación y los retos el sector en la Mesa de Salud Pediátrica

 

 

Eliana Fredes, Manuel Baca, Carmen Alcaraz, Oriol González y Emilio Pérez./Eva S. Melendo

 

La salud de los niños y jóvenes es un factor esencial para el futuro desarrollo social y económico de cualquier país.

Aunque la tasa de mortalidad infantil en España es muy baja, los más pequeños se enfrentan a retos en materia de salud que pueden pasar desapercibidos y que son de vital importancia, desde la alimentación, a los hábitos de vida o la salud auditiva y todo lo que eso conlleva.

Para tratar esta y otras cuestiones se celebró el pasado miércoles 29 la mesa técnica de Salud Pediátrica organizada por Diario SUR en sus instalaciones y moderada por la periodista Carmen Alcaraz. El encuentro contó con la participación del Dr. Emilio Pérez Bonilla, jefe de la Unidad de Pediatría del Hospital El Ángel HLA; Oriol González, audioprotesista, especialista en audiología infantil y director de los centros OirT; el Dr. Manuel Baca, director de Grupo Pediátrico Uncibay y jefe del Servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital Quirónsalud Málaga; y Eliana Fredes, logopeda, pedagoga, experta en Atención Temprana y CEO del blog Oír, Pensar, Hablar.

La mesa dio comienzo analizando los principales riesgos para la salud de niños y jóvenes en la actualidad. «El problema de la nutrición en la infancia es acuciante y los pediatras lo sabemos y lo sufrimos. El 35 % de los niños españoles de entre 8 y 16 años tiene sobrepeso y se debe a los hábitos de vida, tanto en lo referente a la comida, con frecuencia menos casera, como a la disminución de la actividad física con el cambio de ocio», expuso el Dr. Pérez Bonilla. En este sentido, el pediatra quiso recordar que los primeros mil días de vida de un niño (correspondiente a los 9 meses de gestación más los primeros dos años) son fundamentales en su desarrollo y determinan en buena medida su salud como adultos. «Hay que volver a la comida tradicional, pero sin excesos», apuntó el especialista.

Eliana Fredes quiso reseñar que uno de los factores más nocivos en la alimentación de los niños es el uso de las pantallas multimedia para ayudar a que coman. «Esto hace que los niños ingieran con muchísima rapidez, no mastiquen y adquieran hábitos alimentarios no adecuados. Además tiene una repercusión en la parte fonoarticulatoria: si no masticas no fortaleces suficientemente los músculos orofaciales y esto puede llevar a inmadurez en el habla». La logopeda también apuntó las consecuencias de los resfriados y catarros, tan frecuentes en la infancia, que llevan a los pequeños a respirar con la boca en lugar de con la nariz y tienen secuelas posturales y musculares.

El Dr. Pérez Bonilla aprovechó para incidir en la importancia de entender la pediatría «como un todo». «No se puede desligar un aspecto de otro. Hay que hacer un seguimiento desde que comienza la vida del niño y atender de manera global y coordinada los aspectos físicos, intelectuales y sociales de cada uno».

Por su parte el Dr. Baca recordó que con frecuencia los padres acuden a la consulta con dudas y miedos porque los pequeños «no vienen con manual de instrucciones». «Nosotros hemos apostado por la prevención, el elemento fundamental en la salud y donde la pediatría da un paso de gigante con respecto a otras especialidades. Esto se hace desde el embarazo, y se realiza un seguimiento en la maternidad que va dirigiendo al pequeño a las diferentes especialidades pediátricas según las necesidades que se hayan detectado, acompañando a la familia a lo largo de las etapas».

En su intervención, Oriol González coincidió en la importancia de la precocidad en el diagnóstico y tratamiento ya que «todo lo que se detecta en la infancia va a tener una consecuencia en la edad adulta». En el plano de la audición se cuenta con un programa de detección precoz de la sordera que detecta posibles pérdidas de audición desde poco después del nacimiento. «El problema de la audición no es solo que el niño escuche o no escuche, sino que con la audición va el lenguaje, y con el lenguaje la mente, como una cadena. Por eso un niño con problemas de audición, si no es tratado, va a tener a la larga problemas de evolución personal con consecuencias en todos los aspectos de la vida», explicó el audioprotesista.

Respecto al diagnóstico precoz González indicó que se ha mejorado mucho en el cribado, descartando pérdidas auditivas importantes que se dan, en alrededor del 50 % de los casos, por causas genéticas. «Pero luego hay una serie de pérdidas auditivas que bien son evolutivas o vienen creadas por un tema muy recurrente en pediatría, que es la mucosidad. De manera prolongada esto puede afectar al aprendizaje del lenguaje al hacer que escuchen menos. Además, si se infecta la mucosidad puede provocar lesiones ya irreversibles. En definitiva, hay que estar muy atentos y ante cualquier síntoma acudir a los profesionales».

 

Los participantes antes del comienzo de la mesa.

 

La importancia de la atención centrada en familia

 

Desde el comienzo del encuentro los profesionales pusieron de relevancia la importancia de la implicación y la participación de toda la familia en la salud y bienestar de los niños y jóvenes, ya que, como suele decirse, ‘para educar se necesita a toda la tribu’.

«Para nosotros es fundamental trabajar con la familia porque son ellos los que viven el día a día con los pequeños y además se establecen importantes vínculos», subrayó Fredes.

El Dr. Baca convino que esto es fundamental en el tratamiento de pacientes tan jóvenes. No en vano, el especialista apuntó que en su grupo la Unidad Neonatal es abierta y los padres pueden pasar las 24 horas del día. «Se ofrece una atención centrada en la familia. Los padres se implican y participan tanto en los primeros días de vida como en las diferentes etapas. No vemos al niño como un elemento aislado sino en el contexto de la familia, siempre adecuadamente apoyados por profesionales».

De hecho, los profesionales coincidieron que en muchos momentos el bienestar de los pequeños se consigue más trabajando con sus progenitores que con los propios niños, siempre con el soporte de los profesionales adecuados. «A veces los padres tienen muchos temores porque el niño no habla con 18 o 20 meses y siempre recomendamos que acudan a los especialistas porque la mayoría de las veces solo precisan pautas para ayudarlos, como darle el tiempo suficiente para que el niño se comunique con sentido, por ejemplo. Y por supuesto, si hay alguna dificultad lo más importante es el diagnóstico precoz», aportó la logopeda.

En este punto los expertos recordaron que, aunque cada niño tiene su ritmo de desarrollo, existen unos hitos que sirven de referencia y que deben hacer saltar las posibles alarmas en caso de no cumplirse.

«Los padres tienen un mecanismo cerebral por lo que todo lo que les ocurre a los pequeños es culpa suya y eso en muchas ocasiones genera momentos de estrés y agobio por querer dedicar todo el tiempo del mundo, y hay que recordar que no solo es cuánto sino también cómo. Hay que buscar la calidad en las relaciones con los hijos», quiso reivindicar en este punto del debate el Dr. Baca.

Con respecto al tema de la vacunación, los expertos coincidieron en su vital importancia pese a las acciones de ciertos grupos de presión contrarios a las mismas, cuya principal arma es la desinformación y el miedo.

«La sanidad pública española cuenta con un calendario de vacunación muy amplio que incluye casi todas las vacunas que deben administrarse en edad pediátrica. Pero las que no se cubren, también son necesarias. No hay que olvidar que en nuestro país hay pediatras que llevan años de profesión y no se han encontrado casos de enfermedades que están prácticamente extintas gracias a las vacunas como la difteria o el sarampión, y sin embargo están renaciendo, y es muy peligroso», expuso el Dr. Pérez Bonilla.

No en vano, como explicó el doctor muchos países como Francia o Portugal están teniendo problemas con estas enfermedades prevenibles. «Es una pena que los padres por una mala información pongan a sus hijos en un grave riesgo», agregó el jefe de Pediatría de El Ángel HLA.

«El problema de la vacunación no es solo particular, también colectivo porque si los padres dejan de vacunar a sus hijos, otros niños pueden verse afectados. Y eso es algo que nunca debe perderse de vista», incidió el Dr. Baca.

 

En el encuentro se trataton temas como la obesidad infantil, el diagnóstico percoz o la importancia de la vacunación.

 

Los adolescentes, los grandes olvidados

 

Al hablar de pediatría con frecuencia se excluye u obvia a los adolescentes, un colectivo con unas necesidades especiales que por edad suelen quedarse ‘en terreno de nadie’, lo que puede tener consecuencias para su salud.

«La adolescencia es una etapa de la vida que actualmente es huérfana. Los padres no los entendemos, ellos no se quieren comunicar con nosotros y desde el punto de vista sanitario, en la pediatría pública se atiende hasta los 14 años, edad a partir de la cual pasa al médico de cabecera. Y muchas veces esto es, hablando comúnmente, un toro que no sabe lidiar», explica el Dr. Pérez Bonilla.

Es por eso que la Asociación Española de Pediatría tiene entre sus reivindicaciones ampliar la edad de cobertura de estos especialistas hasta los 18 años, ya que son los profesionales que los han estado tratando a lo largo de toda su vida y están más preparados para atender toda la problemática que presentan.

«Es algo totalmente necesario. De hecho, el grupo Quirónsalud ha formado un comité para conformar un perfil similar en la pediatría, porque hay algunos hospitales que atienen hasta diferentes edades. El objetivo es homogeneizar la asistencia y que todos los niños disfruten de las mismas ventajas en su atención. El siguiente paso será la Unidad del adolescente».

En este sentido el especialista señaló que en esta población no solo se tienen patologías diferentes a los niños pequeños y los adultos, «también los médicos tenemos que ofrecer un trato diferente para adaptarnos a sus necesidades».

La pedagoga señaló también la importancia del papel de los padres y las escuelas en todo este proceso.

En lo referente a los jóvenes con problemas de audición, González aportó que, si bien de pequeños los niños normalizan los audífonos e incluso se convierten en algo a lucir entre los compañeros, al llegar a adolescentes puede causarles rechazo. «Pero la tecnología juega un papel muy importante aquí porque actualmente tenemos muchos modelos muy avanzados, discretos y en los que pueden conectar los altavoces de los móviles, por ejemplo. Y eso les encanta».

 

 

 

Fuente: diariosur.es

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