Los bebés suelen empezar a andar entre los 12 y los 18 meses. Algunos consejos para que superen el miedo

 

Los primeros pasos de un bebé implican la puesta en marcha de miles de conexiones neuronales y la maduración del área cerebral que alberga la psicomotricidad humana. Esta adaptación está programada en los genes humanos para que un bebé pueda caminar en torno a los 12 meses. La primera palabra y el primer paso en solitario son hitos en la vida de un niño que sus padres suelen recordar de por vida. Se asemejan al pistoletazo de salida de un camino que le llevará a su desarrollo como persona adulta. Cuando el bebé comienza a andar, su mundo se expande de manera considerable. Ya no es tan dependiente de sus padres y despierta su vena exploradora. La capacidad de movimiento autónomo abre al niño todo un mundo de posibilidades para investigar, descubrir y aprender.

No obstante, cada niño lleva su propio ritmo a la hora de comenzar a andar. “Los hay que dan los primeros pasos con 10 meses y otros con año y medio. Cada niño es diferente, pero entre los padres es inevitable comparar el ritmo de desarrollo de su hijo con el de otros niños de su entorno, lo que les causa preocupación innecesaria, ya que se trata de una consulta habitual a los pediatras”, comenta Guadalupe del Castillo, pediatra y miembro de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).

 

Causas por las que el niño/a se resiste a andar

 

Algunos motivos por los que los niños pueden retrasar el inicio de sus primeros pasos son:

– La prematuridad. Se considera normal que los niños que nacen antes del tiempo previsto y habitual de gestación comiencen a andar más tarde, ya que su edad se contabiliza a partir del momento en que les hubiera tocado nacer.

– El miedo es una de las causas más habituales por las que un niño preparado para caminar no acabe de soltarse a dar sus primeros pasos solo. “No obstante, lo que sí debe hacer el niño es ser capaz de ponerse de pie y sujetarse con 12 meses, aunque todavía no ande solo. Si no camina hasta el año y medio, pero no existe retraso en ningún otro área de su desarrollo, como la comunicación, no hay motivo para preocuparse”, explica la pediatra.

El gateo es la antesala de los primeros pasos en solitario del niño. Pero no siempre es así. Hay bebés que optan por andar y luego gatear. No obstante, sí es recomendable el gateo porque el niño adquiere más autonomía, fortalece músculos de brazos y piernas de cara a andar y desarrolla su capacidad espacial. Para motivar al niño a gatear, se pueden poner juguetes en el suelo a cierta distancia para que intente alcanzarlos, ayudarle a realizar los movimientos de gatear con cuatro apoyos e incluso hacerlo para que el niño lo vea y pueda imitar los movimientos.

Errores y aciertos con los niños que comienzan a andar

  • El método clásico de coger al niño/a de las manos desde detrás para ayudarle a andar es una buena manera para que el pequeño ejercite las piernas y coja confianza de cara a dar sus primeros pasos.
  • Los parques de juego para bebés son utensilios recomendables en la fase en la que el niño comienza a andar y a ponerse de pie. Se puede sujetar con facilidad para levantarse y andar de manera segura, sin riesgo de caídas que le provoquen dolor.
  • Los riesgos de los andadores para los niños son varios, ya que no desarrolla la tan recomendable fase del gateo, se fuerza la estructura ósea del bebé, pues el momento de intentar ponerse de pie y andar viene marcado por el propio proceso evolutivo del niño, y hay peligro de accidentes como caídas por las escaleras y riesgo de que el niño/a acceda a lugares peligrosos donde pueda ingerir objetos, quemarse o caerse.
  • Los zapatos para los niños que comienzan a andar son solo recomendables en la calle. En casa, es mejor que caminen descalzos, ya que apoyan mejor la planta del pie y descubren mejor sus puntos de apoyo y equilibrio.
  • Caminar de puntillas o con las piernas muy abiertas es un proceso por el que pueden pasar algunos niños que comienzan a andar debido a que están en proceso de aprender a caminar con seguridad. Pero es cuestión de tiempo que estas peculiaridades desaparezcan cuando el niño afianza su evolución con respecto a sus comienzos como caminante.
  • Acompañar, disfrutar y celebrar los avances del niño en su recorrido para caminar en solitario es el mejor estímulo para que lleguen los primeros pasos.

 

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/07/10/mamas_papas/1499680781_568075.html

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